Sabemos que hay una emergencia climática: olas de calor cada vez más abundantes, veranos más largos, menos lluvias… Lo vemos, lo oímos, lo leemos y lo sentimos en nuestros cuerpos. Lo sentimos de muchas formas: cuando el calor nos abrasa y nos impide el descanso, por ejemplo, pero también porque esta información que recibimos nos genera inquietudes y preocupaciones. Y también puede provocarnos mucha impotencia y miedo.
Ya sea por conciencia ambiental (nos preocupa lo que pasa en la Tierra y queremos hacer algo por defender la vida) o ya sea porque no queremos sufrir estas consecuencias ni que las sufran nuestras hijas, nuestros sobrinos, nietas… se nos viene a la cabeza el «¿Yo qué puedo hacer?».
Bueno, son muchas las cosas que se pueden y se deben hacer. En esta «Colección de buenas prácticas para enfriar el planeta» hemos recopilado algunas. Unas se pueden hacer en el día a día y de forma individual, otras son para hacer con gente. Quizá la lista parezca larga, pero no lo es, porque no es posible recoger las miles de opciones que tenemos para hacer algo. La parte buena: como son tantas cosas, no será nada difícil encontrar nuestras propias recetas para poder ir dando pasos. Porque de eso se trata: de dar pasos, así es como se camina.
¿Qué otras cosas se te ocurre a ti que se pueden hacer?
Colección de buenas prácticas para enfriar el planeta
Ideas, prácticas en casa, actividades colectivas y etcéteras.
Si te preocupa, lo mejor es actuar